y aquella preciada calma sólo fue una ilusión, ese deseo de independencia, fue asimismo una temporal quimera... y sí, he vuelto a caer en la misma mierda, sólo por no tropezar con la misma piedra... ya no hay nada por hacer. Sólo dejar partir y desear felicidad. Cambiar de horinte, ampliar la mirada. Caminar nuevamente sola, conocer a otro (s) y dejar de idealizar... Enterrar esta rabia -tal vez infundada- para volver a ser la misma con él -aunque siempre habrá un antes y un después.
Mierda bienvenida a mi vida!
Soledad vete ya de aquí!!!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario